La Catedral de Santiago se tiñó de rosa para celebrar el Día Internacional de la Niña, uniéndose así a otros monumentos españoles como la Alhambra de Granada, la muralla de Ávila o las Casas Colgadas de Cuenca.
El objetivo es reivindicar que este sector de la población es uno de los que más sufre la pobreza, la injusticia, la violencia y la discriminación.
En Galicia otros edificios como la Muralla de Lugo, la Torre de Hércules o la Ciudad de la Cultura ya habían sido objeto de este tipo de campañas pero en esta ocasión se contó con uno de los símbolos más internacionales de nuestra tierra por la importancia del propio día.