La agencia gallega de creatividad transformadora As Peaky Branders crea para la Universidad de Vigo una campaña dirigida a toda la comunidad universitaria y centrada en la revisión crítica de las masculinidades con positividad y humor.
Abandona el tono institucional habitual por uno más informal y adaptado al público objetivo de la campaña. Incorpora referencias a la cultura Z como los NPC (Non-Playable Character) y una estética ‘2000’ y ‘sucia’ que bebe de la misma cultura generacional.
Los tres campus de la Universidad de Vigo están llenos de mensajes que ocupan espacios comunes, pasillos, baños… con una invitación a reflexionar sobre los cánones, exigencias y limitaciones de la masculinidad hegemónica.
Una invitación que llegó a través de vallas publicitarias y redes sociales a la comunidad universitaria y que no tardó en llamar la atención por su tono, nada habitual, cuando la emisora es una institución pública.
Y el objetivo de la campaña es invitar a la reflexión sobre un tema tan arraigado como las exigencias y limitaciones de la masculinidad hegemónica, pero no por eso los mensajes tienen que ser ilegibles, densos e incomprensibles.
En este caso, la Unidad de Igualdad de la Universidad de Vigo comunicó en positivo, y con humor, empapándose de la cultura generacional de quienes hoy llenan las universidades.
Es por esto que podemos recibir mensajes sobre la represión o expresión de emociones a través de una comparación tan banal como el rol de un NPC (Non-Playable Character) o a través de la ya mítica frase de Shakira en su Bzrp Session «las mujeres ya no lloran, las mujeres la facturan».
Una estética igualmente generacional
Así como las masculinidades disidentes no pueden reducirse a cambios estéticos, la campaña, que pretende llegar a un público universitario, no se limitó a una simple adaptación cosmética del lenguaje Z.
Toda la creatividad fue ideada y desarrollada a partir de esa cultura generacional, de la que se tomaron conceptos, palabras, expresiones y también una estética ‘sucia’, ‘2000’ y actual.
De esta forma, la Unidad de Igualdad incorporó una textura plástica, intervenciones manuscritas y unas pegatinas que pueden recordar a los típicos ‘memes depresivos’ de las redes sociales.