Sin cambiar un ápice de cada gota de su interior, la marca gallega renueva su imagen con un diseño adaptado a las tendencias y necesidades del mercado e incorporando nuevas referencias sin olvidarse de sus raíces y de la terriña.
A través del nuevo diseño, la marca reinterpreta su icónica botella para crear un cuerpo más esbelto y elegante, dando como resultado una botella más alta, estilizada, ligera y reciclable. Con un nuevo tapón con cuerpo cilíndrico en negro satinado y una anilla dorada, consigue un toque de elegancia, calidad y diferenciación.
La etiqueta de esta botella incluye un nuevo símbolo con la intención de reforzar las raíces de la marca. Con la conocida concha de vieira del peregrino junto con la cruz de Santiago del símbolo anterior impreso en dorado en el centro, destaca los valores históricos, la tradición y sus raíces gallegas.
Una nueva imagen hecha con xeito desde 1889, que cuenta con un nuevo logo realizado a mano por el reconocido calígrafo Oriol Miró, que emula la firma de un maestro, otorgando valor añadido al producto y potenciando sus valores de artesanía y naturalidad.